Felipe Barrio es uno de esos buceadores que han conseguido hacer de su pasión su forma de vida y desarrollarla hasta convertirse en uno de los mejores en su campo. En otras ocasiones os hemos hablado del siempre presente Jordi Mateo y de Rafa Herrero como ejemplos de dos pasiones relacionadas con el submarinismo convertidas en forma de vida. Felipe es otra de esas figuras, un naturalista que todo buceador debería conocer.
Hay gente que descubre tarde su vocación y lucha contra el tiempo por desarrollarla y aprovecharla al máximo. En el caso de Felipe, que se inició en la apnea a los 9 años, es un enamorado de la espeleología y practica deportes de riesgo como el paracaidismo desde hace años, ha conseguido desarrollar su talento en estos campos y asociarlo a la fotografía desde siempre, consiguiendo ser uno de los mejores fotógrafos submarinos de nuestro país y cuyo trabajo es mundialmente reconocido.
Uniendo pasiones
Felipe llegó, a principios de los 90, a ese punto en el que muchos nos preguntamos si el camino que estamos tomando es el correcto y se dio cuenta de que su futuro tenía que pasar entre corales, gorgonias y carcasas submarinas. Ese fue el momento que decidió crear una agencia de viajes especializada en buceo, quizá como excusa para desarrollar plenamente su actividad como fotógrafo, abandonando la estabilidad y el dinero por la felicidad.
Imagen tomada durante la Expedición Wallace en los arrecifes que recorren las islas de Timor
Cuando aún no existían en España las agencias especializadas en viajes de buceo Felipe crea la primera, Window Buceo, que posteriormente se transformaría, con la entrada de su socia y fotógrafa submarina Charo Gertrudix, en la actual Última Frontera. Corría el año 92 y Felipe dejó su profesión de entonces, con un puesto de responsabilidad en una multinacional informática, para apostarlo todo por el buceo. Pocas imágenes de tiburones puedo tomar desde una oficina, pensó, y la mejor manera para desarrollar su talento como fotógrafo y descubrir nuevos destinos de buceo era dedicarse en cuerpo y alma a ello. Hoy su oficina está plagada de increíbles fotografías submarinas, con espectaculares tiburones ballena y enormes cardúmenes de carángidos, pero pasa más tiempo tomándolas que sentado en una silla delante del ordenador, cumpliendo con creces su objetivo.
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VER MÁS SUDADERAS PARA BUCEADORES“Cuando comencé en esto de los viajes de buceo” recuerda Felipe “en Madrid solo había 1.000 buceadores así que decidimos “fabricar” buceadores en nuestra propia escuela de buceo”. En solo un año consiguieron formar a 1.500 buceadores. Los inicios fueron complicados y la clientela no era muy numerosa “al principio los destinos eran sencillos, eran los viajes típicos que ofrecen hoy todas las agencias de buceo: Cuba, México, Maldivas… y poco a poco fuimos ampliando la oferta de viajes”. El número de buceadores en nuestro país se ha multiplicado 20 años después y aunque la gran mayoría de sus clientes siguen siendo españoles, reciben peticiones de grupos de E.E.U.U., Alemania, Suiza, Francia o Latinoamérica.
Mantener durante más de 20 años un negocio relacionado con el buceo ya es una empresa mayor, conseguir que 3.000 buceadores cada año quieran que les lleves a Cayman, Filipinas, Galápagos, Bonaire, Maldivas, Turks & Caicos, Sudáfrica, Mar Rojo, México, Mozambique, Komodo, Azores, Baja California, Alaska, Indonesia o Australia un auténtico triunfo. “Mantenernos estos 20 años solo ha sido posible gracias a nuestra apuesta por la calidad” apunta Felipe “Antes de contratar un destino, de meterlo en un paquete, visitamos el lugar, comprobamos que el centro sea apropiado, que realmente cumpla nuestros estándares”. Solo trabajan con aquellos socios que cumplen los mínimos de calidad que Última Frontera tiene fijados y que ha ido puliendo durante estas dos décadas. “Los mejores centros son los que están más asentados, que llevan más tiempo, con personal formado, con experiencia, una demanda grande y alta calidad.”
Hoy Última Frontera ofrece 165 destinos de buceo en todo el mundo que ellos mismos han conocido, explorado. Ese ingente trabajo de viajes de buceo en busca de nuevas rutas y opciones para sus clientes ha sido plasmado en imágenes hasta el punto de llegar a componer otras de las áreas de la agencia: “Última Frontera Photo”, un archivo fotográfico de más de 175.000 imágenes submarinas que venden a las principales revistas y medios de comunicación especializados en buceo y naturaleza como Asian Diver de Singapur; BBC Wildlife y Dive de Reino Unido; Coral Reef, Scuba Diving, Sport Diving o Nature´s Best de Estados Unidos; aQa,Buceadores e Inmersión en España o Tauchen en Alemania, por poner solo unos ejemplos. Su obra ha recibido diferentes premios internacionales, entre los que destaca el BBC Wildlife Photographer of the Year, en la modalidad de fotografía submarina. También ha expuesto en museos y galerías de prestigio como el Smithsonian National Museum of Natural History de Washington, Natural History Museum de Londres o el Sydney Australian Museum.
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Uno de los más de 240 programas por todo el mundo que propone Última Frontera y más éxito tiene es “Explorer club”. Este programa está liderado por personal de Última Frontera Viajes y cuenta con una característica especial: son viajes de buceo que tratan una temática concreta con un itinerario único en los que participa el propio equipo de Última Frontera acompañando a sus clientes “En este programa proponemos desde viajes a es que requieren permisos especiales de las autoridades locales como en el caso de Galápagos” comenta Felipe “a otros que incluyen cursos y seminarios de fotografía en el destino impartidos por nosotros u otros temáticos como buceo con tiburones blancos, buceo en pecios, o la expedición Wallace”.
Más allá de la última frontera: Expedición Wallace
El pasado mes de marzo Felipe, junto a Charo y otros 9 expertos buceadores, se embarcaron en uno de los mejores barcos de buceo el mundo, el Damai, para abrir nuevas rutas de buceo, gracias a la Expedición Wallace, alrededor de las islas de Timor, unos puntos cuyos fondos eran totalmente desconocidos hasta ahora. En pleno siglo XXI, cuando parece imposible descubrir nuevas zonas en nuestro planeta y tenemos que salir de él para ampliar horizontes, aún hay descubridores, pioneros, que dan a conocer nuevas especies, crean nuevos mapas submarinos y demuestran que este mundo, sobre todo el fondo submarino, es más grande y rico de lo que podemos llegar a imaginar.
Expedición Wallace, descubriendo nuevas rutas de buceo en Timor
Durante 22 días el equipo de Última Frontera, en colaboración con la revista online de buceo aQa y Mares han recorrido más de 2.000 kilómetros de arrecifes desconocidos, fotografiado especies que nunca habían visto (y llevan unas cuantas inmersiones a sus espaldas), bautizado zonas de buceo por donde nunca se habían expulsado burbujas de aire e incluso descubriendo especies desconocidas.
Puedes ver el extraordinario trabajo tanto de Felipe como de Charo en sus perfiles de Facebook.