Cualquiera que bucee y haya pasado la cota de los 20 metros de inmersión tiene la sensación de estar entrando en un mundo ajeno al ser humano y es imposible no sentirse un privilegiado, que consigue respirar y sobrevivir durante minutos en un espacio hostil. Esa sensación de privilegio desaparece cuando descubres que existen deportistas capaces de bajar a 120 metros y bucear en ese entorno durante horas. Ese es un mundo que conoce perfectamente Jordi Mateo, instructor de buceo técnico, especialista en rebreathers desde 1997 con más de 2.500 inmersiones en lugares tan diferentes como el Mediterráneo, Cantábrico, Atlántico, Jónico, Mar Rojo, Maldivas, Islas Caimán, Belize, Roatán…
Hemos tenido el privilegio de entrevistar a Jordi, un pionero en el mundo del buceo técnico, el mayor experto en rebreathers en España y una auténtica figura internacional que nos cuenta cómo hizo del buceo técnico su vida y ofrece interesantes consejos para aquellos que ya se han dejado atrapar por el buceo técnico pero también para aquellos que quieren dar el salto y aún no se han decidido. Jordi es uno de esos nombres que todos los que estamos enamorados del buceo deberíamos conocer. Ha bajado donde poca gente ha buceado, visitado pecios hace años inalcanzables. Jordi es un atleta que decidió hacer de su pasión su forma de vida, una persona sorprendentemente accesible que se pasa la vida en los lugares más inaccesibles del planeta.
Ver por ti mismo lo que otros te cuentan
Jordi empezó en el buceo como muchos de nosotros, fascinado por las historias de fauna que nos contaban Félix Rodríguez de la Fuente o Jacques-Yves Cousteau y a través de todos los libros y revistas de naturaleza que devoraba cuando llegaban a su alcance. Hasta ese momento que empezó a tratar de ver por su cuenta aquello que otros le contaban “Empecé a practicar snorkel en la Costa Brava a muy temprana edad” recuerda Jordi de sus inicios “de hecho pedí que me compraran mis primeras gafas de buceo y aun no sabía nadar, era algo que me fascinaba. Recuerdo ir con mi madre a la Federación a preguntar por cursos de buceo pero nos dijeron que tenía que ser mayor de edad”. Eso sí, reconoce que las sensaciones que tuvo con sus primeras inmersiones no fueron las mejores “Malas, muy malas. Miedo, dolores de cabeza, otitis… si no hubiera sido porque me gustaba tanto hubiera abandonado solo acabar el curso”.
En cuanto Jordi consiguió certificarse, contar con un equipo propio y acumular inmersiones se dio cuenta de que quería más. “Desde que empecé a bucear siempre he buscado la perfección bajo el agua. Así como poder estar más tiempo y con menos descompresión, así que rápidamente me aficione a los rebreathers. En los primeros años me hice un fanático de estos equipos”. En ese momento decidió hacerlo su profesión y forma de vida “para poder pagarme los vicios ¡comprar más rebreathers!” Llegó un momento en que no podía compaginar su pasión por el buceo técnico y el trabajo, así que soltó lastre, dejó su empleo y empezó a dedicarse en cuerpo y alma al buceo técnico y los rebreathers.
Jordi Mateo en El Hierro
Desde que inició su andadura en esta disciplina ha participado en expediciones internacionales para catalogar y descubrir barcos hundidos profundos. De entre todas sus inmersiones Jordi recuerda especialmente dos: Hurgada, Mar Rojo, en agosto de 1994, su primer viaje internacional “recuerdo salir del agua diciendo: ¡es como si vieras todos los documentales de la tele en una inmersión! A partir de esa fecha no pararía de viajar por todos los lugares de buceo del mundo” y la Expedición Garibaldi en el Adriático en mayo de 2010 con un grupo de buceadores europeos para descender 128 metros y conocer el barco de la armada italiana torpedeado en costas croatas el 17 de julio de 1915. “Este grupo de buceadores que viajamos en la expedición sólo nos conocíamos de Internet y allí se formó un equipo sólido del que están saliendo muchas expediciones y buenos ratos” apunta Jordi.
Inmersión en el Giuseppe Garibaldi
Con esos buceadores también surgió otro viaje increíble para visitar el avión FW58 en Lac du Bourget, Francia. Para ver aparecer este Focke Wulf 58C entre la más absoluta oscuridad hay que descender hasta los 109 metros en un agua a 4ºC y en el caso de Jordi, tras 3 horas de inmersión, la considera como “probablemente una de las inmersiones más agresivas fisiológicamente hablando hecha por un buceador Español en aguas abiertas”.
Aunque Jordi continúa fomentando el buceo técnico en nuestro país a través de cursos, charlas, conferencias y colaboraciones con medios de comunicación especializados sabe que aún estamos un poco por detrás de otros países europeos “En este país en general llevamos un retraso de unos 7 u 8 años respecto a Europa” comenta Jordi ante la pregunta de por qué no hay más especialistas en rebreathers teniendo tantos buceadores recreativos. “Es un poco el pez que se muerde la cola: como no hay muchos buceadores técnicos no hay centros, y como no hay centros no hay muchos buceadores técnicos. A nivel de conocimientos no andamos mal, pero a nivel de experiencia vamos a la cola” puntualiza.
Buceadores atletas
Sabiendo ahora que buceadores como Jordi realizan inmersiones de 3 horas, bajan a gran profundidad con un equipo muy pesado… es imposible no dudar de si cualquiera puede convertirse en un buceador técnico “lo primero que va a experimentar cualquiera que se decida a practicar buceo técnico” comenta Jordi “es un nuevo reto en su vida, tendrás que empezar a hacer cosas que nunca pensaba que estaban relacionadas en el buceo”. Uno de los aspectos indispensables para la práctica de esta disciplina es contar con una buena forma física. “Para empezar hay que mover material pesado, nadar contra corrientes, estar muchas horas bajo el agua (a veces con temperaturas bajas), hacer largas decos... Así que necesitaremos entrenar nuestra musculatura para evitar lesiones, cardio para no agotarnos y para hacer una deco más eficiente y segura, nadar para aumentar nuestra movilidad en el agua y estiramientos para poder llegar a las griferías del bibo, a los bolsillos de los trajes secos, a las botellas de etapa...todo ello con una traje seco y un forro interior gordo debido a que pasamos más tiempo bajo el agua” Y esto es sólo una parte “no cabe decir que en el buceo técnico hay que saber manejar ciertas dosis de estrés. Así que a partir de ahora tendrá que tener nervios de acero”. Si mantener la calma es importante en inmersiones sencillas, mucho más cuando se trata de buceo técnico.
“Hay que tener en cuenta” continúa Jordi “que si pierdes la calma a 80 metros puedes poner en peligro tu vida y la de todo tu equipo”. Está claro que tanto el esfuerzo físico como la preparación mental son muy exigentes pero... ¿Has pensado que la práctica de esta disciplina te podría ayudar en todos los aspectos de tu vida? “Una persona que dentro de una cueva a 1km de la entrada pierde el hilo guía y es capaz de mantener la calma y acordarse de cuáles son los pasos a seguir para localizar el hilo perdido tiene que ser un témpano de hielo que dejará de perder los nervios por aspectos de la vida que realmente no son importantes”.
De 20 a 120 metros con mucha paciencia
¿Qué lleva a un buceador a no conformarse con 20-30-40 metros y querer sumergirse más allá de los 100 metros? En el caso de Jordi todo ha sido posible gracias a su pasión por el buceo “Gastaba el 100% de mi sueldo en buceo. Cursos, viajes, cámara de fotos y video así que cuando descubrí los rebreathers pasó lo mismo”. Sus comienzos fueron con el primer rebreather recreativo, el Atlantis, y empezó a disfrutar de un lujo que sólo era accesible al ejército “poder utilizar estos equipos ya era mucho para cualquier buceador, ¡pero para un buceador español era muchísimo más!”. Para convertirse en uno de los mayores especialistas del mundo de rebreathers Jordi ha viajado por toda Europa y Estados Unidos, realizando un esfuerzo muy importante tanto a nivel económico como personal.
Hoy el acceso al buceo técnico es más sencillo que entonces. Si quieres ver más, disfrutar de inmersiones más profundas y largas, llegar a donde pocos deportistas han llegado, Jordi tiene claro qué es lo más importante. “Lo principal es no tener prisa y tener mucha agua, mucha experiencia. La flotabilidad es muy importante”. Y también es vital aprender con un gran instructor “otro de los factores importantes es caer en manos de un buen instructor y dejarse guiar y aconsejar por él, por eso es tan importante la figura del instructor”.
Lo ideal, antes de empezar en el buceo técnico, es llevar algún tiempo ya buceando. Sentirte cómodo con el equipo y con los buceos que haces. “Durante los cursos se te acumula el trabajo: bibotella, botella de deco, carretes, mirar la PpO2 del rebreather.... si no llegas al curso muy cómodo con el equipo recreativo raro será que no te venga el técnico muy grande” avisa Jordi que insiste en la paciencia para llegar a ser un buen buceador técnico “Una vez terminado el curso no hay que tener prisa. Lo ideal es practicar lo aprendido durante un tiempo antes de realizar inmersiones seria con largas descompresiones, esto hará que aumente tu confort y por consiguiente tu seguridad y tu disfrute. Y luego no dejar de practicar y formarte ya sea con charlas, talleres, concentraciones…”
Es importante tener claro que en este tipo de buceo si sucede cualquier incidente tienes que estar preparado para resolverlo inmediatamente. No valen titubeos ni vacilaciones pues en ello puede estar la diferencia entre un incidente y la muerte para ti y el resto de tu equipo. Con una buena planificación nunca pasa nada, pero aun así hay que estar entrenado, formado y preparado por si en algún momento se diese una situación difícil. Solo así se puede disfrutar realmente con seguridad de inmersiones que hace unos años parecían ciencia ficción.
Entre los destinos recomendados para iniciarse en el buceo técnico Jordi destaca Malta “Tienen un montón de barcos hundidos desde 25 a 100 metros, algunos accesibles desde costa y con buena visibilidad. Hay varios centros de buceo técnico, con lo que puedes coger un vuelo barato y alquilar todo el material allí. Es un punto de partida barato y accesible para todos los niveles”.
Formación, formación y más formación
Ya hemos comentado que esta es una disciplina muy exigente, tanto física como mentalmente, pero que necesita además un extra de formación y aprendizaje continuo. Es vital contar con un instructor experimentado, que lleve muchos años buceando con rebreathers “y que sea instructor de todas las máquinas posibles para que así pueda aconsejarnos cuál se adapta mejor a nuestras necesidades”. Estos consejos junto con que nos aseguremos de “comprobar en la página web oficial del rebreather del que vayamos a hacer el curso que realmente esa persona es instructor y que puede darnos el curso que dice” son básicos cuando nos planteamos formarnos para el uso de rebreathers. Siempre hay que tener en cuenta que nos jugamos la vida, que ni los cursos ni los equipos son baratos con lo que “no hay que aceptar ninguna excusa” quiere dejar claro Jordi “si no está en la web oficial de fabricante como instructor del nivel que dice ser, es que NO es instructor de ese rebreather o del nivel que dice ser. Esto nos ahorrará decepciones ya que, por desgracia, esta práctica es habitual en España”.
Jordi imparte cursos dirigidos a cualquier buceador que quiera adquirir nuevos conocimientos y destrezas bajo el agua para poder conseguir nuevos retos sin riesgo. “Imparto cursos tanto en buceo técnico como en rebreather desde el nivel de iniciación hasta el de Trimix Hipóxico. Tengo varios centros colaboradores por toda la geografía española: Costa Brava, Costa del Sol, Galicia, Cabo de Palos, Mallorca, Tenerife...” Uno de los beneficios de contar con Jordi como instructor es que siempre intenta que los alumnos tengan que desplazarse lo mínimo posible y así poder dedicar el 100% del tiempo a la formación y no en largos viajes. Cualquiera que siga a Jordi tanto en su cuenta de Twitter como en su perfil de Facebook habrá visto que hace más kilómetros para dar formación que para bucear.
Entre los cursos que imparte Jordi se encuentran 3 Niveles en rebreather: Aire Diluyente 40 metros, Trimix Normóxico Diluyente 60 metros y Trimix Hipóxico Diluyente 100 metros “mis alumnos en el primer nivel acaban teniendo una completa formación de buceo técnico tanto teórica como práctica: sabrán qué es un rebreather, sus diferentes familias e historia así como los conceptos fisiológicos especiales de los rebreathers. En cuanto a la práctica en seco aprenden a montar, desmontar, realizar mantenimiento y almacenaje del rebreather”. De ahí pasarán a las prácticas en el agua para aprender flotabilidad parado y en movimiento, así como las posibles emergencias que podrían tener con un CCR (Closed Circuit Rebreather en sus siglas en inglés).
En los niveles 2 y 3 la parte teórica se basa en la fisiología del helio, el buceo profundo así como lo relacionado con la descompresión y planificación de inmersiones a gran profundidad, con buceos en cotas desde 54 a 83 metros. Si te decides a sumergirte en el mundo del buceo técnico encontrarás un nuevo motor en tu vida que te va a llevar a cotas inesperadas tanto física como mentalmente para visitar una parte del planeta a la que nunca pensaste que podrías llegar….
Nota: El 11 de abril de 2012 falleció Jordi Mateo en Palamós durante una inmersión. El equipo de Fordivers lamenta mucho su muerte. Tuvimos la enorme suerte de conocer en enero de 2012 a una de las figuras más importantes del buceo español de la historia, pero sobre todo a un hombre amable apasionado por lo que hacía. Este hilo de ForoBuceo es una muestra de lo mucho que se le quería y lo importante que ha sido para el buceo en nuestro país. Un abrazo allá donde estés, Jordi.