Después de más de 400 millones de años de existencia en los océanos y mares de nuestro planeta los tiburones están en grave peligro de extinción, poniendo en serio riesgo el equilibrio del ecosistema marino. Cada año, más de 100 millones de ejemplares de todo tipo de tiburones son asesinados por el ser humano. Una mayoría de ellos para la preparación de sopa de aleta de tiburón. Este plato, uno de los más caros de la cocina asiática, está disfrutando de una gran popularidad debido a la creciente clase media china que considera este plato un lujo que hoy ya sí se pueden permitir. Cada plato de aleta de tiburón cuesta 100$. Hoy es una industria que proporciona enormes beneficios.
El tristemente famoso “shark finning”, junto con la pesca por su carne o aceite, está llenando los fondos marinos de escualos mutilados y las lonjas de miles de cadáveres que no pueden realizar su necesaria labor de equilibrio entre especies.
Tiburones azules en una lonja gallega. Imagen de Toño Maño
Nuestra insensibilidad hacia los tiburones se debe en gran medida a la simplista idea que tenemos de los tiburones debido a la película “Tiburón” de Spielberg. Desde entonces la especie está asociada sangre flotando en la superficie y bañistas mutilados. Desde esa óptica es más difícil darse cuenta de la importancia de la especie para el ser humano.
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VER MÁS CAMISETAS DE TIBURONESPero si supiésemos que hay más de 350 especies de tiburón, que solo se producen al año 100 ataques. O que hasta 90 de ellas nadan por nuestro Mediterráneo, que un plato de pescado típico como el cazón en adobo es en realidad tiburón, puede que esa idea cambie. En los últimos 50 años se ha reducido la población de grandes tiburones (blanco, toro, tigre, martillo y mako) hasta un 90% y ya son la especie en mayor peligro de extinción en la lista roja de la IUCN. ¿Quién es entonces el insaciable asesino?
Los océanos, para estar sanos y equilibrados, necesitan tener una población de tiburones suficiente. Como grandes depredadores, tienen una función importantísima en la regulación de la cadena alimenticia. Proporcionan un equilibrio absolutamente necesario. Su alimentación es muy variada con lo que ayudan a mantener la cadena trófica oceánica: se alimentan de las especies más abundantes ayudando a equilibrar poblaciones entre diferentes especies. De esta manera evitan que se creen “invasiones” que monopolicen un área. Ayudan a que exista mayor diversidad en un arrecife, por ejemplo. De hecho, hay zonas donde se han producido invasiones como en el caso del Caribe con el pez león (originario del Índico) y hoy están enseñando a los tiburones a alimentarse de esta especie para mantener el equilibrio poblacional.
Los tiburones están siendo entrenados en Roatán, Honduras, para ayudar a mantener a raya las invasiones de peces león
Otra de la labores que los tiburones realizan para el mantenimiento de los océanos sanos es que cazan los ejemplares más débiles y enfermos. Es obvio que es más sencillo hincarle el diente. La forma de alimentarse de los tiburones, no engullendo al animal completo, ayuda a que los carroñeros del océano obtengan su alimento. Así consiguen que esa especie cazada cuente siempre con los ejemplares más sanos y fuertes, ayudando por otro lado a la mejora de esa especie.
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Pero no solo la pesca para la captura de la aleta de tiburón está diezmando su población. La pesca accidental o bycatch también está haciendo un enorme daño a la existencia de la especie. A través de los errores que produce esta técnica de pesca muchos tiburones son lanzados por la borda tras ser capturados… pero la mayoría ya están muertos o gravemente heridos.
Necesarios para la existencia de la industria pesquera local
La pérdida de estos depredadores en algunas zonas del planeta ya nos ha mostrado el efecto que produce, conocido como efecto cascada. En el Atlántico Norte las poblaciones de tiburón martillo, blanco y zorro han descendido un 75% en los últimos 15 años. Ello ha hecho que poblaciones de diferentes especies de rayas y pequeños tiburones se hayan multiplicado. De manera indirecta la desaparición de grandes tiburones ha hundido una industria centenaria de recolección de vieiras. Esas rayas y pequeños tiburones tienen pocos depredadores naturales con lo que sus poblaciones se multiplican exponencialmente y necesitan cada vez más alimento. Cuando estos animales acaben con las vieiras tendrán que empezar consumir mayor cantidad de otras especies, como las otras ostras, dañando de nuevo tanto los fondos marinos como la economía de los recolectores locales. Entonces, cuando desaparezcan estos bivalvos el fondo marino se poblará de algas creciendo de manera incontrolada. Afectando a su vez al ecosistema de otros peces y crustáceos que verán modificado su entorno.
La existencia de grandes tiburones garantizaba el equilibrio de la zona y su desaparición ha hundido una industria que probablemente ni sabía de la importancia de los tiburones para que su negocio se mantuviese en pie y ha dañado un ecosistema que solo se recuperará… cuando vuelvan los tiburones.
En el Caribe la lucha por la ocupación de los arrecifes no solo se produce entre los peces, también entre las algas y los corales. La desaparición de los tiburones de estas zonas está beneficiando el incremento de la población de especies como meros, que depredan especies de arrecife. Estos pequeños peces tienen una función fundamental en la salud del arrecife ya que se alimentan de algas y otras especies vegetales equilibrando la batalla por el espacio entre corales y algas. De esta manera, la desaparición de los tiburones está ayudando a las algas a derrotar al coral y si desaparece el coral se pierde un espacio que asegura biodiversidad, refugio para miles de especies… incluidos algunos grandes del océano como ballenas que entre su alimentación incluyen los huevos que los corales expulsan por miles de millones y al unísono.
Deberíamos empezar a plantearnos si podríamos vivir en un mundo sin tiburones. El mar absorbe un tercio del CO2 de la atmósfera, nos proporciona alimento y oxígeno y lo necesitamos sano para sobrevivir como especie. La desaparición de los tiburones dañaría seriamente el equilibrio de los océanos afectándonos directamente.
Fuente: Oceana Informe “Predators as prey”