Hay ideas sencillas que no hace falta más que aplicarlas para revolucionar un campo de investigación. ¿Y si implantásemos cámaras a los tiburones que estudiamos? Eso es lo que han pensado un grupo de investigadores de las universidades de Hawaii y Tokio, que han equipado sensores a diversas especies de tiburones (algo que llevan haciendo muchos años) y cámaras submarinas que permiten ver comportamientos y hábitos de los tiburones en su medio natural.
La Universidad de Hawaii ha estudiado a lo largo de los últimos 20 años más de 400 tiburones de diferentes especies mediante el implante de pequeños transmisores ultrasónicos que les permiten monitorizar de forma remota los movimientos de los tiburones. Con estos datos pueden ver en una pantalla los patrones de migración, las profundidades exactas a las que se sumerge cada individuo e incluso hábitos de alimentación como la fecha o la frecuencia con la que los tiburones se alimentan.
Esta tecnología ha permitido descubrir que diferentes especies de tiburones pueden formar grandes cardúmenes e incluso han desarrollado investigaciones pioneras cruzando datos de estatus de conservación de especies de las que se alimentan el tiburón tigre y el de Galápagos, como la foca monje. Pero la simple implantación de cámaras submarinas ha dado acceso a datos desconocidos, ha confirmado teorías y ha abierto nuevas vías de investigación. A partir de ahora podrán cruzar datos sobre sus movimientos, patrones de migración o alimentación con las imágenes de esos precisos momentos.
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"Lo que estamos intentando" comenta Carl Meyer, investigador asistente en el Instituto de Biología Marina de la Universidad de Hawaii "es tratar de saber con mayor exactitud cuál es su papel de los tiburones en el océano. Se trata de conseguir una comprensión mucho más profunda de la función ecológica de los tiburones, importante para la salud de los océanos y, por extensión, para nuestro propio bienestar".
Situando las cámaras sobre las aletas pectorales de los tiburones, a la altura de sus ojos, se pueden descubrir nuevos datos sobre las conductas de estos depredadores marinos y responder a dudas planteadas desde hace mucho tiempo sobre sus patrones de apareamiento, relaciones con otros peces, especies de las que se alimentan y porqué, zonas de alimentación, cría, etc.
Además de los tiburones, los investigadores también están monitorizando otros depredadores del océano, incluyendo el atún, que permiten determinar cuándo, dónde y de qué peces se están alimentando. El equipo de ambas universidades está desarrollando un dispositivo que los grandes depredadores puedan ingerir y permita recopilar datos que proporcionen una mejor comprensión de la dieta de estos peces, abriendo nuevas vías de investigación para ayudar concentrar los esfuerzos de conservación y para la gestión de los recursos marinos.
Fuentes: AGU