Judith de la Rosa es de esas personas que se arman de valor y siguen lo que les pide el corazón para simplemente ser feliz. Como aquellos que lo abandonan todo por amor ella dejó Barcelona atrás por un mundo inaccesible e incomprensible para la gran mayoría pero que atrapa a esa minoría que alguna vez ha utilizado un regulador. Poca gente puede entender como alguien puede encontrar la felicidad perdida en Maldivas, en medio del Índico, entre jardines de coral, estaciones de limpieza de mantarrayas y tiburones pero, a tenor de su permanente sonrisa, de la pasión de la que habla de su Maldivas y de la pena de sus clientes cuando vuelven a casa dejando atrás la compañía de Judith, ese largo y muchas veces incomprendido camino ha merecido la pena.
A todos los buceadores alguien, a quien estaremos eternamente agradecidos, nos empujó a bucear. En el caso de Judith, que empezó a bucear a los 20 años, fue su padre “Él era un experto buceador y desde muy pequeña me inculcó su gran pasión. El amor por el mar es sin ninguna duda la mejor herencia que me dejó”.
En aguas de Ibiza se topó con la magia del mundo silencioso, que le atrapó definitivamente en el Mar Rojo “en 1998 viajé al Mar Rojo y la fascinación fue en aumento, en ese momento fue cuando empecé a pensar que el trabajo de los guías de buceo era un trabajo maravilloso”
La mejor decisión de mi vida
Un año después del asombro del Mar Rojo Judith decidió hacer la bolsa y marcharse a dedicar su vida a los barcos de vida a bordo en Maldivas “hice un crucero con un instructor alemán y vi un montón de tiburones y mantas” recuerda Judith “salí del agua llorando de emoción. Y seguí llorando todo el viaje de vuelta a casa… En realidad, sin saberlo aún entonces, ese viaje a Maldivas cambió mi vida para siempre”. Casi 12 años después afirma que es la mejor decisión que ha tomado en su vida al darse de cuenta del sueño cumplido en uno de los pocos lugares del mundo donde el buceo lo es todo “el buceo de Maldivas es el más completo, variado, exuberante, respetuoso y desarrollado de todo el mundo. Es un lugar único en todo Asia ya que la alta calidad de su buceo se mantiene durante todo el año. No hay ningún otro destino en el mundo que pueda ofrecer vida grande y pequeña, no diré garantizada, pero casi, todo el año. Y con aguas siempre entre 28º y 30º. Tiene la magia de ser un paraíso en la tierra”.
Vídeo de Javier Bermúdez Páez a bordo del Southern Cross de Submaldives
“Haz lo que te dicte tu corazón”
Muchas veces solo se necesita dar ese paso (gran salto en este caso) que te convierte en la persona que realmente eres y que en el caso de Judith se encontraba encerrada en su propio negocio de Barcelona “Cuando volví a casa del viaje a las Maldivas me sentía fuera de lugar. Intenté seguir con mi vida, con mi tienda de ropa exclusiva en Sabadell, pero recuerdo cómo al subir la puerta de la tienda no paraba de decirme "y yo qué hago aquí, mi sitio está en Maldivas”. Tras un año sopesando la posibilidad de irse decidió hacer caso a aquel que le insufló el amor por el mar y le presentó ese mundo tras el espejo: su padre “Todo el mundo a mi alrededor pensaba que estaba loca. Todos menos mi padre que me decía “haz lo que te dicte tu corazón”.
Así que un día cerró la persiana de su tienda y se compró un billete a Maldivas. “Le pedí al alemán del crucero de mi primer viaje que me diera una oportunidad, aunque yo entonces no era todavía instructora ni hablaba un gran inglés. Me dijo que de acuerdo, pero que no me podía pagar, sólo enseñarme y que probara un mes”… y se quedó tres que no fueron más que mucho trabajo y enorme esfuerzo. “No fue fácil: el trabajo era duro, tenía muchísimas inseguridades, no me podía comunicar, todo el día recibía órdenes… Pero cada vez que saltaba al agua tenía más y más claro que aquel era mi mundo”.
Imagen cortesía de ©Carlos Suárez
Al cabo de esos tres meses, y sólo porque había caducado el visado, volvió a casa para trabajar en una goleta turca de travesía recreativa que un amigo suyo tenía en Ibiza, pero siempre con Maldivas en el horizonte… hasta el momento en que murió su padre y, quizá como gran homenaje, decidió cumplir el sueño de ambos. “Yo creo que fue en ese momento cuando tuve perfectamente claro” recuerda Judith “que mi padre hubiera querido que yo hiciera lo que él nunca pudo hacer. Me saqué el curso de instructora de buceo, trabajé mi inglés y a los 3 años comencé mi andadura con los buceadores españoles".
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Una de las mejores compañías de buceo vida a bordo en las Maldivas
Cuando se habla de grandes paraísos subacuáticos Maldivas está siempre entre los primeros lugares. Es un país en el que la gente vive en total y completa armonía con el mar, donde los servicios al turismo de buceo están muy desarrollados y el gobierno los tiene tan en cuenta que facilita que se establezcan muchos extranjeros. “Cuando llegué a Maldivas lo que descubrí fue un lugar compuesto sólo por islas, más de 1.200, de las cuáles sólo unas 250 están habitadas y la creación de Submaldives siguió un proceso natural: yo empecé con el alemán, luego un touroperador español muy importante supo de mi presencia allí y me contrató”.
Imagen cortesía de ©Carlos Suárez
Los cientos de inmersiones y el trato continuo con la vida y la industria de buceo de Maldivas le dio la oportunidad de conocer al mejor guía de las Maldivas “Hassan Shareef y yo nos hicimos íntimos amigos y el tiempo nos hizo darnos cuenta de que nuestro futuro estaba en crear nuestra propia empresa, así nació Submaldives”. Hassan, su gran maestro, lleva enseñando y guiado a los buceadores en las Maldivas desde 1994. Sus más de 12.000 inmersiones en aguas locales, junto son las 6.000 de Judith, el excelente trato a sus clientes y el profundo conocimiento de los fondos de Maldivas han hecho que Submaldives sea ya hoy reconocida como una de las mejores compañías de buceo en las Maldivas.
Tanto Judith como Hassan, que bucean siempre con sus clientes, llevan a través de sus cruceros a bordo a los cientos de puntos de inmersión que existen en Maldivas y que se engloban en 4 tipos de inmersión: las inmersiones de canales con grandes pelágicos (sobre todo tiburones), las inmersiones en puntos de limpieza con mantas birostris, las inmersiones de arrecifes de coral con vida pequeña y las inmersiones en aguas abiertas con tiburones ballena… y Submaldives cubre todas ellas “Nosotros ofrecemos 4 rutas básicas (5 atolones, 4 atolones, Baa Atoll y Ruta Sur) y todas son extraordinarias porque las ofrecemos en el momento del año más adecuado para disfrutarlas al máximo. Nosotros mismos investigamos constantemente los fondos de Maldivas y cada año descubrimos nuevos puntos de interés por diferentes motivos y para cada época del año”. De esta forma, incluso de una semana otra, la misma ruta puede tener inmersiones distintas. “Y eso siempre porque buscamos lo mejor para nuestros clientes según las condiciones del mar, de avistamientos o migraciones de animales que hayamos detectado, etc. Además, como ni siquiera en esas rutas las inmersiones son siempre las mismas, nuestros buceadores repiten año tras año” apunta Judith.
Imagen cortesía de ©Carlos Suárez
Submaldives tiene hoy ya 4 barcos en la flota (Southern Cross, Pricess Lara, Mosaique y Handy Cruise) y otro en construcción, todos cuentan con el equipamiento máximo para realizar cruceros de buceo (barco de apoyo, compresores fuera del barco, Nitrox, etc.) y cada uno de ellos está adaptado a diferentes economías y niveles de confort “Somos 5 socios de diferentes nacionalidades y podemos dar servicio a nuestros clientes en su lengua nativa y con conocimiento de sus particularidades culturales. Así, cada uno de nosotros ha trabajado y desarrollado relaciones con agencias de buceo de su país o región de origen” Hoy ya cuentan con más de 2.000 clientes cada año “Tenemos clientes que vienen desde hace casi 10 años y repiten cada año. ¡Aquí los puntos de inmersión son incontables!”
Además de los cruceros a bordo también ofrecen cursos de buceo que se realizan durante esos cruceros, cursos de Nitrox (especialmente adecuado para las inmersiones en Maldivas por su plus de seguridad y disfrute) e incluso asesoran a sus clientes sobre hoteles en Malé (la capital de Maldivas) por si desean pasar también unos días en la capital o sobre el transporte entre islas. No es de extrañar que tengan clientes tan fieles que repiten tantas veces con ellos.
Acceder al santuario de mantarrayas y tiburones ballena
Una de las zonas de buceo más espectaculares y únicas no solo de Maldivas, sino de todo el mundo, es Hanifaru Bay, un misterioso lugar donde las mantarrayas son atraídas por la gran cantidad de plancton que las corrientes llevan a través de los canales que conectan el atolón Baa con el océano… y que Judith puede acercártelo “Por circunstancias que aún no se conocen pese a las investigaciones, es un lugar de peregrinaje de cientos de mantas birostris gigantes y también de tiburones ballena. Con buen criterio por parte de las autoridades de Maldivas el acceso está restringido pero nosotros mantenemos una extraordinaria relación de colaboración con Guy Stevens, fundador e investigador jefe del Maldivian Manta Ray Project en Hanifaru. He buceado con él en inmersiones de investigación y he aprendido mucho sobre la vida de las mantas, su comportamiento, cómo acercarse a ellas, etc. Desde Submaldives garantizamos la presencia de las mantas en nuestros cruceros a la bahía y además realizamos conferencias sobre la vida de las mantas. Llevamos a nuestros buceadores en las semanas que según las estadísticas de Guy las posibilidades aumentan, pero siempre con el máximo respeto y siguiendo unas pautas de comportamiento bajo el mar absolutamente respetuosa y mínimamente intrusivas”.
No hay dudas de que Maldivas es pura vida, energía en estado puro y comunión con la naturaleza virgen. Para Judith parece como si lo que ocurre en el resto del mundo estuviera en otro espacio diferente al de Maldivas “es como volver un poco a nuestros orígenes y encontrarnos a nosotros mismos” apunta.