La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) pertenece a la familia de los rorcuales, familia que también incluye a la ballena azul, el rorcual común, la ballena de Bryde, la ballena sei y la ballena minke. Esta familia se caracteriza por contar con aletas dorsales y pliegues ventrales que van desde la punta de la mandíbula inferior al vientre. La forma y el patrón de color en la aleta dorsal de la ballena jorobada y su cola son tan diferentes en cada animal como nuestras huellas dactilares. El descubrimiento de este hecho cambió el curso de la investigación de cetáceos para siempre y la nueva forma de investigación conocida como "foto-identificación". Ello permite que los individuos sean identificados, catalogados y monitorizados, proporcionando una valiosa información acerca del tamaño de la población, migración, madurez sexual y patrones de comportamiento de la ballena jorobada.
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La cabeza de las ballenas jorobadas es ancha y redondeada, con entre 20 y 50 surcos ventrales que se extienden desde la mandíbula hasta más allá del ombligo. La parte superior de la cabeza y la mandíbula inferior son redondas y cuentan con unas protuberancias de las que sale al menos una pelo de cada una de ellas. El propósito de estos pelos no se conoce, aunque se puede permitir que la ballena detecte el movimiento en aguas cercanas.
Las ballenas jorobadas tienen el cuerpo de color negro en la zona dorsal y moteado con pintas negras y blancas en la ventral, patrón que se extiende hasta la aleta caudal. Cuando la ballena jorobada se dispone a realizar una inmersión larga o profunda lanza sus aletas hacia arriba, dejando al descubierto la parte inferior con su característico patrón en blanco y negro. Las aletas van desde el blanco a diferentes tonos de negro en la zona dorsal pero suelen ser blanco en la ventral. Su aleta caudal, de 5,5 metros de ancho, cuenta con un característico borde serrado.
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Los machos adultos miden entre los 12 y los 14 metros, siendo algo más pequeños que las hembras. Su peso oscila entre las 25 y las 40 toneladas.
Más de 1 tonelada de alimento al día
Las ballenas jorobadas se alimentan de krill, pequeños crustáceos parecidos a los camarones y varios tipos de peces pequeños como arenques y caballas. Cada ballena devora alrededor de 1.500 kilos de comida al día que filtra del agua que ingiere gracias a sus 400 placas o barbas superpuestas que cuelgan de cada lado de la mandíbula superior. Estas placas, como las de todas las ballenas barbadas, están formadas por queratina. Estos flecos, de color negro, llegan a medir 76 cm de longitud. Durante la alimentación, las ballenas jorobadas tragan grandes volúmenes de agua que pueden mantener gracias a los pliegues de su garganta y, tras expulsarla, atrapan al krill y pequeños peces para ingerirlos.
La inteligencia de las ballenas jorobadas queda patente en una de sus técnicas de caza. Estas ballenas son capaces de coordinarse entre varios miembros girando en círculo debajo de los bancos de peces. Expulsando burbujas de aire atrapan al mayor número de peces posible y se dan entonces un festín.
Las ballenas jorobadas y su depurada técnica de caza en equipo
Las ballenas jorobadas llegan a la madurez sexual a los 6-10 años de edad o cuando los machos alcanzan la longitud de 11,6 metros. Tras el alumbramiento cada hembra suele esperar de 2 a 3 años para tener otra, siendo el período de gestación es de 12 meses.
Una cría de ballena jorobada mide al nacer entre 3 y 4,5 metros de longitud y pesa casi una tonelada. Como mamíferos que son, alimentan a sus crías con leche materna hasta que cuentan con un año de edad. Su leche es muy rica en grasas, hasta un 60% de esa leche es grasa.
Estas ballenas son muy activas y acrobáticas, capaces de sacar su cuerpo por completo del agua o nadar de espaldas con ambas aletas en el aire. También es común verlas propinando fuertes golpes en el agua con su aleta caudal. Es posible que estos comportamientos sean importantes en la comunicación entre las distintas ballenas jorobadas.
Enigmáticos cantos
Uno de los comportamientos más interesantes de las ballenas jorobadas es su "canto". Los científicos han descubierto que las ballenas jorobadas reproducen largas y complejas canciones que difieren entre las distintas poblaciones distribuidas por los océanos. Estas canciones duran entre 10 y 20 minutos y se repiten continuamente durante horas. Aunque las hembras también producen sonidos, estas melodías solo son interpretadas por los machos y se cree que puede ser una parte de la conducta de apareamiento.
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Una curiosidad de las ballenas jorobadas es que cuentan con parásitos, conocidos como “piojos de ballena” que se adhieren en todo el cuerpo, principalmente en las aletas. También es común ver a las ballenas jorobadas “cargando” con percebes que se adhieren a su cuerpo de por vida.
Las ballenas jorobadas se encuentran en todos los océanos del mundo y suelen seguir una ruta migratoria regular. Normalmente viajan hasta 25.000 km cada año, pasando el verano en aguas templadas y polares para alimentarse, y el invierno en aguas tropicales para aparearse y parir.
Cerca de la desaparición
Debido a su alimentación, apareamiento, a que las zonas de cría se encuentran cerca de la costa y que son nadadores lentos, las ballenas jorobadas eran un blanco fácil para los primeros balleneros. La Comisión Ballenera Internacional les dio estatus de protección en todo el mundo en 1966 y no hubo grandes matanzas ilegales hasta la década de 1970. Entonces los balleneros soviéticos iniciaron una despiadada cacería de estas ballenas. Se cree que suman alrededor de 80.000 en la actualidad, cerca del 30-35% de la población antes de las cacerías desmedidas. Los únicos depredadores naturales de las ballenas jorobadas son las orcas, que persiguen y atacan durante horas a estas ballenas para alimentarse de las crías o de ejemplares débiles.
