La primera vez que oímos hablar de Francis Pérez fue gracias a su foto de "La Rapadura" que publicó National Geographic. Los que buceamos habitualmente en Tenerife nos quedamos asombrados con aquella maravilla geológica que nunca pensamos, por ignorantes, que pudiese existir en Tenerife. Después llegaron increíbles imágenes mostrando la belleza de seres tan temidos como las carabelas portuguesas, escuelas de delfines, sonrientes calderones, tiburones ballena, grupos de tortugas verdes, enormes bancos de chicharros rodeados de delfines moteados o gaviotas, inmensos rorcuales tropicales... Gracias a sus fotos hemos llegado a tesoros que, como él ha dicho en alguna ocasión, “no hace falta irse muy lejos para descubrirlos” y que acerca Tenerife, gracias a publicaciones en medios de todo el mundo y premios en concursos, a todo el planeta.
A Francis en realidad lo que le gusta es estar en el mar; el buceo y la fotografía han sido la excusa perfecta para conseguirlo. Siempre va al agua con la cámara pero disfrutando del momento, sin presiones, sin pensar en publicar, ganar premios o en sacar la foto de su vida.
¿Cuándo y cómo te iniciaste en el buceo? ¿Cuáles fueron tus primeras sensaciones?
Me inicié en el año 94, hace ya casi 20 años. Por aquel entonces un gran amigo, Eduardo Acevedo, me convenció para probarlo y ahora llevamos eso, casi 20 años buceando juntos. Las sensaciones fueron muy buenas, alucinaba en el nuevo medio, tanto que de la euforia no me duraba una botella de 18 litros más de media hora. Desde niño siempre he estado metido en el agua así que pronto me adapté al buceo con botellas.
¿Cómo te iniciaste en la fotografía submarina?
En la fotografía fue más tarde, allá por el 2001. Y me pasó lo mismo que les pasa a los buceadores que se inician en la fotografía, necesitaba algo más, bucear y sólo mirar me aburría, quería sacar fotos, plasmar la vida submarina en una diapositiva, enseñarlas a la gente... Así que me pasé directamente a una cámara réflex, una Nikon F90, saltando el difícil paso de las Nikonos. Siempre me había gustado la fotografía pero nunca había tenido una cámara así.
¿Qué formación habías recibido antes de lanzarte a la fotografía submarina?
Mi formación fue autodidacta totalmente, preguntando a unos y a otros, leyendo y sacando fotos. ¡Qué difícil era aprender antes así! Me tiraba al agua el fin de semana, el lunes llevaba el carrete a revelar y más o menos el martes veía las fotos que había hecho el sábado. Estos últimos tres años he estado en la Escuela de fotografía de Los Realejos (EMF), en Tenerife, a los que agradezco mucho la gran ayuda que he tenido.
¿Cuál fue tu primera fotografía publicada en un medio de comunicación de buceo?
Pues no lo sé, realmente yo no me he ofrecido mucho a los medios de comunicación de buceo, tampoco nunca hasta ahora se han interesado por mis fotografías. He publicado fotografías submarinas en revistas, libros o guías pero no relacionadas directamente con el buceo, ha sido hasta este último año cuando he publicado en el sector de buceo, como en aQua, Scuba Diving, Dive Photo Guide o Submerge.
¿Cuál es la foto de la que te sientes más orgulloso, tanto por la dificultad de realizarla como por su repercusión?
Desde luego por la del tiburón Solrayo (Odontaspis ferox) de El Hierro. Por la dificultad de sacar una foto de un animal tan desconocido, por ponerme delante de un animal de 4 metros del que no se sabe casi nada y desde luego por la repercusión. Desde mi punto de vista nadie se había percatado realmente de la gran importancia que tenía este animal. Y si se habían percatado no le estaban haciendo mucho caso.
Empecé a indagar un poco más sobre éste tiburón y le envié una carta a National Geographic, pronto prestaron interés y me pidieron que certificase mi historia un biólogo marino. Con mis fotos me fui al Instituto Oceanográfico de Canarias y allí contacté con algunos amigos. Pedro Pascual Alayón me elaboró un informe y lo mandé a la revista. Al poco tiempo el Instituto Oceanográfico elaboró una nota de prensa y llegaron mis fotos incluso a Discovery Channel News. Especialistas en tiburones como Doug Perrine se interesaron por el tiburón, me llamaron incluso de una reserva marina en Nueva Zelanda preguntando si les dejaba las fotos para su web.
Sudaderas diseñadas para la cubierta de tu vida a bordo
VER MÁS SUDADERAS PARA BUCEADORES
¿Qué supuso que National Geographic publicara tu famosa foto de “La Rapadura”? ¿Cambió de alguna manera tu carrera?
Después de la del solrayo fue otro reto personal, de una satisfacción enorme. Ver tus fotos en una revista de prestigio mundial no pasa todos los días. Al ser la edición española supuso que empezaran a conocerme más en España, desde luego. Para mi carrera lo que supuso es una inyección de moral y autoestima enorme, una gran ayuda para seguir adelante.
Últimamente aparecen muchos artistas afincados en Canarias entre los primeros puestos en concursos de fotografía submarina y publicando portadas en revistas de buceo y naturaleza. ¿Qué tiene de especial esta isla para que hayan surgido artistas como tú o Arturo Telle, Montse Grillo, Eduardo Acevedo, Joaquín Gutiérrez, Teo Lucas, Rafa Herrero, etc.?
Todo grandes fotógrafos, sí señor. Pues la respuesta es fácil, aquí en Canarias tenemos agua por todos lados. Bueno, en serio, aparte de eso, es que aquí se puede bucear todo el año y a una temperatura entre 18 y 22 grados centígrados. Casi que se puede ir al agua cuando a uno le apetece. Y eso se nota en el rodaje de los fotógrafos. Por ejemplo ¿por qué hay tan buenos surfistas y windsurfistas y no hay esquiadores en Canarias? pues eso…
De los que has nombrado somos todos grandes amigos y te puedo decir que buceamos todo el año. Lo normal es que, si no trabajas en un club de buceo sino que buceas para ti, puedes hacer una media de unas 200 inmersiones al año o más, solo en Canarias, si eso se traduce en fotografías, está claro. En el caso de Teo por ejemplo, lleva saliendo a fotografiar cetáceos desde hace más de 15 años todos los fines de semana, de ahí su importante archivo fotográfico. Eso sólo se puede hacer aquí.
¿Qué papel crees que tienen o deberían tener los fotógrafos submarinos en cuanto a la defensa del ecosistema marino?
Jugamos un papel bastante importante, pienso que para la defensa del ecosistema marino hacemos falta todos: el buceador que descubre una especie o lugar, el fotógrafo que la fotografía, el biólogo, geólogos, el medio de comunicación que la difunde, etc. Hay que establecer un canal de información que llegue hasta el público en general y los científicos solos no pueden, de ese canal formamos parte los fotógrafos, cuanto más personas seamos mejor, cuanto más ancho sea ese canal mejor, más transparente.
La labor como fotógrafo es captar la mayor belleza posible, mostrar incluso la vulnerabilidad del medio marino, si conseguimos eso llegaremos mejor al público en general. Si entra por los ojos es más fácil que llegue al corazón.
¿Qué tres consejos darías a fotógrafos que se quieren ganar la vida con la fotografía submarina?
Primero buscar una fuente alternativa de ingresos. El fotógrafo de naturaleza en general está muy poco valorado. Un fotógrafo de una campaña de Louis Vuitton puede cobrar 35.000 € y uno submarino por ponerse delante de un tiburón de 4 metros arriesgando su vida con un material carísimo 100 €, si es portada quizás 1.000 €. Hoy todas las revistas funcionan con freelance, cuando necesitan una foto envían un mailing a todos los fotógrafos colaboradores y eligen, con lo cual la competencia es muy grande.
Segundo darse a conocer en los medios internacionales, los concursos son una buena vía, son un escaparate. Y por último, viajar mucho. Cuanto mayor sea tu archivo fotográfico mejor.
Y para terminar, ¿qué consejos ofrecerías a buceadores que quieren aprender fotografía submarina?
Antes que nada, bucear bien. No nos podemos concentrar en hacer una foto si no controlamos todo y somos conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor.
Después comprarse una cámara no muy cara, quizás en el mercado de segunda mano, adquirir unas nociones básicas de fotografía y empezar a disparar a todo lo que se pueda, siempre analizando los resultados y preguntando.
El principio es duro, no hay que desesperarse, pero hoy con las cámaras digitales la evolución en el aprendizaje es rapidísima, ya no hay que esperar al martes para ver las fotos (risas). También es importante ver mucha fotografía, empaparse de todos los libros y revistas que se pueda, ver lo que se hacía antes, ver lo que se hace ahora, comparar.