El pez luna, conocido también como mola mola, es un pez pelágico perteneciente al orden de los tetraodontiformes. El pez luna es el pez óseo más pesado del mundo. El peso medio suele ser de una tonelada pero a lo largo de la historia se han encontrado ejemplares de hasta 2000 kilos de peso y una longitud de tres metros.
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Una de las grandes peculiaridades del pez luna y que más llama la atención es que no cuenta con cola ni pedúnculo caudal. Con un cuerpo aplanado y pequeñas aletas pectorales y en forma de abanico, el pez luna es lento de movimientos. Tampoco podemos decir que se trate del animal más inteligente ya que cuenta con un cerebro muy pequeño, completamente desproporcionado con el resto de su enorme cuerpo.
Pez luna en aguas de Bali. Imagen de Kriss Sieniawski Photography
Su alimentación se basa en seres gelatinosos como las carabelas portuguesas y diferentes medusas, consumiendo enormes cantidades cada día. La importancia de este animal es la cadena trófica es importante ya que, en colaboración con las tortugas marinas, mantiene a raya las plagas de este tipo de medusas. Como curiosidad habría que resaltar que los peces luna crecer mucho y muy rápidamente, multiplicando hasta 600 millones de veces su tamaño desde su nacimiento hasta su muerte.
De piel gruesa y rugosa, se calcula que puede albergar hasta 40 especies diferentes de molestos parásitos. Una de las técnicas que utiliza para eliminar estos parásitos es situarse “tumbado” en la superficie del mar para que tanto peces como aves acudan a él para alimentarse de estos parásitos. Por este comportamiento es conocido como “sunfish” en muchas partes del mundo ya que parece que estuviese tomando el sol.
Extraordinario pez luna visto en Malta
Entre sus depredadores están únicamente los tiburones más grandes, los leones marinos, las orcas y por supuesto los seres humanos. Al alimentarse de animales venenosos su carne tiene toxinas pero en algunas zonas de China y Hong Kong se considera un auténtico manjar de alta cocina.
Los peces luna habitan todos los mares y océanos del planeta salvo en los polos y se muestran muy cercanos y amigables con los seres humanos que se acercan a contemplarlos.
