El pulpo es un molusco cefalópodo del orden de los Octópodos, en referencia a sus ocho brazos. Conocemos alrededor de 300 especies de pulpo y todas ellas se caracterizan por contar con ocho brazos que, por lo general, están llenos de ventosas. A diferencia de la mayoría de los cefalópodos, los pulpos no tienen ni una cáscara protectora externa, como el nautilus, ni ningún vestigio de una concha interna o huesos, como la sepia o el calamar. La única parte dura de los pulpos se encuentra en su boca, en su pico, similar al de los loros. Este pico está compuesto de quitina y a través de él inoculan un veneno con el que paralizan a sus presas. Es un dato poco conocido pero todos los pulpos son venenosos aunque solo uno es mortal para los seres humanos, el pulpo de anillos azules.
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Los pulpos tienen una esperanza de vida relativamente corta, y algunas especies viven sólo seis meses. Las especies más grandes, como el pulpo gigante del Pacífico, pueden vivir hasta cinco años en circunstancias adecuadas. Curiosamente la reproducción es una de las causas de la muerte: los machos pueden sobrevivir durante varios meses después del apareamiento y las hembras mueren poco después de que los huevos eclosionen. Dejan de comer durante el período de aproximadamente un mes cuidando sus huevos no eclosionados y finalmente muere de inanición.
Otra curiosa característica de los pulpos es que tienen tres corazones. Dos corazones branquiales que bombean sangre a través de cada una de las dos branquias, y un tercero que bombea la sangre sistémica a todo el cuerpo. Los pulpos tienen la sangre de color azul ya que en lugar de hemoglobina, que da el color rojo a nuestra sangre, cuentan con hemocianina para transportar el oxígeno. Esta molécula contiene cobre, lo que le da ese tono azul a su sangre. Esta proteína les permite un transporte de oxígeno más eficiente en condiciones de bajas temperaturas y baja presión de oxígeno.
La falta de esqueleto interno ni externo (aunque algunas especies tienen un remanente vestigial de una concha dentro de sus mantos) les permite atravesar lugares muy pequeños y estrechos como demuestra este pulpo que no dudamos en llamar Houdini por su enorme capacidad de escapismo.
La inteligencia de los pulpos
Los pulpos son animales muy inteligentes, posiblemente más que cualquier otro del orden de los invertebrados. Diferentes experimentos realizados en laberintos o dirigidos a la resolución de problemas han mostrado evidencias de un sistema de almacenamiento de memoria tanto a corto como a largo plazo. Los pulpos pueden incluso ser entrenados para distinguir entre diferentes formas y patrones pudiendo aprender por observación e incluso se han observado actitudes que algunos han descrito como un juego: descorchando botellas repetidamente o expulsando juguetes en una corriente circular en sus acuarios e ir tras ellos a capturarlos.
Defensa de los pulpos ante depredadores
El principal arma para escapar de sus depredadores es tratar de pasar desapercibido. Los pulpos, cuando se sienten amenazados, ya sea por medio del camuflaje, ocultándose en alguna oquedad o imitando el entorno, intenta que su depredador no le vea. Cuando esta estrategia no funciona trata de alejarse lo más rápidamente posible nadando rápidamente. En ocasiones expulsa tinta negruzca creando una nube que confunda al depredador. Esta tinta además reduce la eficiencia de los órganos olfativas dando tiempo al pulpo a encontrar donde refugiarse. Cuando todo esto ha fracasado el pulpo tiene un último recurso, deshacerse de alguno de sus miembros que, como hacen las lagartijas, seguirá moviéndose para entretener al atacante.
Otras especies han desarrollado un enorme talento para evitar ser comidas, como el pulpo mimo (Thaumoctopus mimicus), que tiene la increíble habilidad de imitar hasta 15 especies diferentes de animales, como el pez león o la serpiente marina, seres venenosos cuya forma imita para confundir a sus atacantes.
Los pulpos viven generalmente en fondos arenosos y rocosos aunque también podemos encontrar pulpos pelágicos. Se alimentan principalmente de cangrejos, gusanos poliquetos y otros moluscos como los caracoles y almejas. Los pulpos que viven en mar abierto comen principalmente gambas, peces y otros cefalópodos. Por lo general se inyectan a sus presas una saliva paralizante antes de desmembrar en trozos pequeños con sus fuertes picos.
El pulpo gigante del Pacífico (Enteroctopus dofleini) es la especie más grande de pulpo. Los adultos por lo general pesan alrededor de 15 kg y pueden alcanzar una envergadura de brazos de hasta 4,3 m. El espécimen más grande vivo de esta especie que se ha documentado fue un ejemplar de 71 kg.