Es muy habitual confundir las carabelas portuguesas (Physalia physalis) con medusas... cuando no se trata de una medusa y ni si quiera de un único ser vivo… es varios. Las carabelas portuguesas son sifonóforos, una colonia de organismos que se asocian para sobrevivir. Cada uno de estos organismos, denominados zooides, está especializado en una actividad necesaria para la supervivencia de la colonia. Todos estos organismos se encuentran unidos entre sí y fisiológicamente integrados siendo incapaces de sobrevivir independiente.
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¿Qué es una carabela portuguesa?
La carabela portuguesa recibe su nombre común del pólipo superior, una especie de vejiga llena de gas, que puede llegar a sobresalir 15 centímetros por encima de la superficie del agua y que de alguna manera se asemeja a un buque de guerra portugués del siglo XVI. Estos organismos tienen la labor de navegar. Los tentáculos, largos y delgados que pueden llegar a los 50 metros de longitud, están cubiertos de nematocistos cargados de veneno y son utilizados para paralizar y matar a los peces y otras criaturas pequeñas de las que se alimentan. El cuarto miembro de la colonia se encarga de la reproducción.
Para los humanos la picadura de una carabela portuguesa es muy dolorosa pero rara vez mortal y el dolor desaparece pasadas un par de horas. Hay que tener mucho cuidado tanto si se encuentra una en el mar como si está muerta en la costa, aún inertes su veneno está activo y puede hacer mucho daño.
Las carabelas portuguesas se pueden encontrar en ocasiones en grandes grupos, de hasta 1.000 ejemplares, sobre todo en aguas cálidas. Estas colonias se mueven a la deriva ya que no cuentan con medios propios de propulsión y ya sea a través de corrientes o gracias a viento es como se desplazan.
Para evitar las amenazas sobre la superficie son capaces de desinflar la vela y sumergirse brevemente hasta que pasa el peligro. Entre los depredadores de estas colonias se encuentran la tortuga boba, la tortuga laúd y los peces luna. Ambos, gracias al grosor de su piel, son inmunes a los tentáculos venenosos de la carabela. El glaucus atlanticus o dragón azul es un curioso nudibranquio que también se alimenta de las carabelas portuguesas, adoptando su color azul y veneno lo que le facilita ser ignorado por otros depredadores intuyendo su toxicidad.
Las carabelas portuguesas se encuentran con más frecuencia en las regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico y el Atlántico norte. Aunque normalmente habitan en mar abierto también se pueden ver en el Mediterráneo.
Una curiosidad más de la carabela portuguesa es que a veces se la ve acompañada de un pequeño pez, el Nomeus gronovii, conocido como pez de la carabela portuguesa o pastorcillo, que es parcialmente inmune al veneno de las células urticantes… pero solo de los tentáculos más pequeños, pudiendo morir si toca los tentáculos más grandes que guardan mayor cantidad de veneno. Es por ello que vive y se alimenta de los tentáculos más pequeños de la vejiga natatoria de su huésped. Cuenta con una mucosidad parecida a la de los peces payaso que impide que sufran picaduras de las anémonas.
Qué hacer si nos pica una carabela portuguesa
Si has sufrido una picadura de una carabela portuguesa lo primero que hay que hacer es tratar de quitar con cuidado los restos de los tentáculos que puedan quedar en la piel y aplicar inmediatamente agua salada, nunca dulce. Después hay que lavar la zona con agua caliente durante un cuarto de hora que aliviará el dolor de una picadura.
Sigue estos pasos en este orden en caso de haber sufrido una picadura de carabela portuguesa. Te darás cuenta inmediatamente de que te ha picado la carabela así que estarás aún en la playa o dentro del agua. Sal del agua y sigue estos pasos.
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Mantén la calma: es importante no entrar en pánico para no aumentar el flujo de sangre y empeorar la situación al distribuir más rápidamente el veneno por tu cuerpo.
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Retira los tentáculos: Como hemos comentado, si han quedado adheridos a tu piel fragmentos de la carabela portuguesa retíralos con cuidado usando un objeto plano. Una concha, un palo de madera o una tarjeta de crédito te servirán de mucha ayuda. Importante, no frotes ni rasques la zona afectada.
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Enjuaga la zona con agua salada: Lave la zona afectada con agua salada, NUNCA DULCE, tibia si puede ser para ayudar a disolver los venenos y reducir la picazón.
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Aplica una solución bicarbonato de sodio: Lo sé, nadie lleva bicarbonato de sodio a la playa, pero si puedes acercarte a un bar a que te den un poco, te aliviará mucho. Ayuda a neutralizar el veneno y reducir la picazón.
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Tómate un antihistamínico: Los antihistamínicos pueden ayudar a reducir la picazón e inflamación.
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Busca atención médica: Si la picazón es muy intensa o si aparecen signos de infección, busca atención médica lo antes posible.
El vinagre no es recomendable ya que puede funcionar muy bien con algunas especies... pero perjudicial con otras. Así que si tienes a mano bicarbonato, mejor que vinagre.