Este vídeo grabado en en el acuario de Mystic, Connecticut, se hizo viral y muestra lo que en un primer momento puede parecer una ballena beluga jugando con un grupo de niños. Pero esa impresión está muy lejos de la realidad.
Según la Doctora Lori Marino, especialista en comportamiento de las belugas en el Centro Kimmela contra la explotación animal y con más de 80 publicaciones sobre conducta de delfines y ballenas, el comportamiento del animal en el vídeo es de absoluta agresión. "La boca abierta y la postura son típicas de la forma en que los cetáceos expresan agresión y lo he visto mucho en cautiverio en las mismas circunstancias. Este pobre animal está diciendo a los niños: "¡alejaos!". Es una amenaza" comentó la Dra. Marino.
Espera, antes de seguir, como veo que te gustan las belugas. ¿Sabías que tenemos camisetas de belugas y colecciones de sudaderas de ballenas? Dicho, por si quieres darle un vistazo.
"Las belugas y otros cetáceos hacen esos mismos movimientos y gestos agresivos en su medio natural. En este caso es evidente que se comporta así por estar hacinada en el tanque y no tiene a dónde ir para escapar de esos niños que le gritan y que golpean el cristal". En otras palabras, lo que muchos han visto como un ejemplo de conexión de ballenas, orcas o delfines en cautividad con humanos es, en realidad, una indicación de su sufrimiento y miedo.
Y en realidad ese miedo no debería ser tan sorprendente. La práctica de mantener a los cetáceos en parques marinos y acuarios comenzó hace más de 50 años y en este medio siglo hemos descubierto que los cetáceos se encuentran entre los animales más inteligentes en la tierra, no tan lejos de los seres humanos. Tras el estreno de películas como "Black Fish" o "The Cove" han surgido movimientos en su defensa, despertando la conciencia de que tanto el tratamiento que reciben como el propio confinamiento de cetáceos es una gran crueldad. Incluso se debate seriamente si estos mamíferos deben ser considerados no como animales, sino como personas no humanas, como seres merecedores de los derechos más básicos de la libertad.
Aun así, eso no ha impedido que acuarios y parques marinos traten de incluir a más belugas en sus exhibiciones, alejándolas miles de kilómetros de su hábitat natural para meterlos en una piscina. Recientemente se reveló que el Acuario de Georgia, E.E.U.U., ha tratado de importar en secreto 18 belugas sacadas de su hábitat natural de la costa de Rusia.