Así que, después de recopilar técnicas de otros buceadores con nuestros mismos problemas os traigo "La guía definitiva del mal compensador", 11 procedimientos probados que te evitarán dolores, molestias y sin duda mejorarán tus inmersiones y calidad de buceador.
Evita tabaco, alcohol y leche
Tanto el humo del tabaco como el alcohol irritan las membranas, aumentando la producción de mucosa que puede bloquear las trompas de Eustaquio (como ex fumador os aseguro que solo 10 días después de dejar de fumar empecé a compensar mucho más rápido). Ya sabes que bucear habiendo tomado alcohol es estúpido e irresponsable y estoy convencido de que no lo haces, así que trata de evitarlo lo máximo posible los días antes de bucear. Trata también de no fumar el máximo tiempo posible antes de la inmersión. La leche también produce un aumento de la mucosa, así que si puedes evitarla un par de horas antes de bucear, te ayudará.
Compensa horas antes de meterte bajo el agua...
Aunque parezca mentira, compensar suave cada 30 minutos el día antes y durante la mañana de la inmersión te va a ayudar a que la compensación sea más rápida e indolora.
...y justo cuando vayas a sumergirte
Mientras estás preparando el equipo y ya cuando estás dentro del agua con el chaleco hinchado, compensa. Notarás los beneficios en cuanto empieces a descender.
Come chicle
Comer chicle antes de la inmersión te va a ayudar a prepararte para compensar. Al comer chicle estás tragando saliva constantemente, permitiendo abrir los conductos y facilitando así la compensación.
Lavado de senos paranasales
Este procedimiento es sencillo, rápido y nada molesto en cuanto lo has hecho tres veces. Es adecuado cuando tienes un poco de congestión por alergias o resfriados y solo necesitas llevar en esa enorme maleta unas cuantas dosis de suero fisiológico, una jeringuilla y seguir los pasos que verás en este vídeo.
¡POP!
Ya una vez dentro del agua solemos estar ansiosos por compensar rápido y no hacer esperar a los compañeros. Al final, con las prisas, lo único que conseguimos es no dejar que se iguale la presión interna con la externa y nos hacemos daño, nos ponemos más nerviosos aún y volvemos a sufrir "la maldición del mal compensador". Este consejo es uno de los más importantes: no tengas prisa, espera a escuchar ese sonido que para los que compensamos mal es música celestial. Hasta que no oigas ¡pop!, ese pop que tú y yo sabemos, no sigas bajando.
Mira a la superficie
Como variante de la maniobra de Valsalva, puedes intentar también mirar hacia arriba cuando estés dentro del agua realizando la maniobra. Subir el mentón hará que los conductos auditivos se abran y necesites menos esfuerzo.
Desciende "de pie"
Diferentes estudios desarrollados por DAN han demostrado que la realización de la maniobra de Valsalva requiere un 50 por ciento más de fuerza cuando la cabeza está más baja que los pies.
Usa el cabo guía
Siguiendo con el consejo anterior, cuando desciendas recuerda hacerlo "de pie" y agarrándote al cabo guía mientras compensas. Te permitirá descender más despacio, de manera controlada, y si en un momento sientes fuerte presión, será más fácil parar en seco para volver a compensar.
Adelántate al dolor
Muchas veces nos hacemos daño porque no nos acordamos de compensar hasta que sentimos una fuerte molestia. Adelántate a ese momento, ve compensando suavemente mientras desciendes antes de sentir ningún dolor.
Para cuando duela
Parece una obviedad, pero muchos hemos seguido bajando aún con dolor para tratar de acabar con el problema lo más rápidamente posible. Si te duele es porque probablemente se ha obstruido la trompa de Eustaquio y si sigues lo único que vas a poder conseguir es un daño severo en el tímpano. Cuando duela relájate, sube un poco, compensa sin forzar, el tiempo que necesites, y cuando oigas el ¡pop! sigue bajando despacio. Recuerda que es mucho mejor para tu salud y futuro como buceador suspender una inmersión que realizarla con dolor y grave riesgo para tus oídos.