El tiburón duende es una de las especies de tiburón más extrañas que existen. Su descubrimiento no sucedió hasta 1898 principalmente porque vive en aguas profundas, a partir de los 200 metros.
Su característica más llamativa es la forma de su cabeza, que cuenta con un prolongado hocico y unas mandíbulas capaces de desplazarse fuera de su boca. Esta característica es de enorme utilidad en aguas tan profundas. Este tiburón se orienta por electro receptores situados en su cabeza y su hocico le sirve para capturar presas como calamares o pulpos antes que ser detectado.
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Quizá esta útil particularidad que tanto nos llama la atención haya sido la que le ha llevado a ser la única especie de la familia Mitsukurinidae que ha llegado a nuestros días.
Este vídeo muestra perfectamente cómo funciona esa curiosa mandíbula y nos ayuda a imaginarnos su estrategia a la hora de ayuda a conseguir alimento en condiciones de cero visibilidad.
Aunque su hábitat está asociado al mar de Japón, donde fue descubierto, y a Australia, también ha sido encontrado en Galicia. Se cree que podría habitar también en profundidades de las costas de Sudáfrica y California.
La mandíbula protráctil del tiburón duende inevitablemente recuerda al “Alien” de Ridley Scott. Quizá los guionistas de este clásico de la ciencia ficción, Ronald Shusett y Dan O´Bannon se inspiraron en él cuando escribieron la historia. Como ellos mismos reconocieron, cuando trataban de vender el guión a los estudios norteamericanos querían llamar la atención de los productores afirmando que su historia era como la película “Tiburón” de Steven Spielberg "en el espacio”.
Poco se sabe del tiburón duende debido a las dificultades de llegar a su hábitat. Las pocas especies que han sido recogidas se han debido a su aparición en redes de pesca de profundidad ya muertos o que han sobrevivido pocas horas. Esta especie puede llegar a los 3 metros de longitud y pesar alrededor de los 150 kilos como máximo.